Fueron formulados por Ovide Decroly, quien nació en Bélgica en 1871 y falleció en 1932. Estudió Medicina en Gante y se especializó en Neurología, realizando cursos en Berlín y París (1896-97). De vuelta a Bruselas, abrió en su casa una escuela para niños con necesidades educativas especiales.
Los alentadores resultados conseguidos con sus métodos pedagógicos lo llevaron a ampliar su labor docente a niños de inteligencia normal, para lo cual abrió en 1907 en Ixelles, su famosa L'Ecole de L'Ermitage “École pour la vie par la vie” (Escuela para la vida mediante la vida).
Su método está basado en la “globalización”, pues la atención del niño se fija en el conjunto de las cosas antes que en las cosas parcialmente consideradas. También estima preferentes en la enseñanza aquellas artes o ciencias que mantienen en el niño una comunicación inmediata con el tiempo y el espacio. Se opone a la disciplina rígida que somete al niño a una actitud pasiva y a la forma clásica de organización escolar que no permite desenvolverse con libertad y espontaneidad. Y a la imposición de conocimientos previamente fijados sin tener en cuenta los intereses de los estudiantes.
Propone organizar el ambiente escolar de modo tal que el niño encuentre allí las motivaciones adecuadas a sus curiosidades naturales, sin coacción pero con condicionamientos, de acuerdo con cada niño en particular (edad, sexo, estado de salud, estado psicológico, etc.) y sugiere actividades que se adapten a cada individualidad.
La idea central de la pedagogía de Decroly gira en torno a la satisfacción de las necesidades básicas infantiles, denominadas Centros de Interés, alrededor de los cuales se debe organizar el currículum escolar.
Los Centros de Interés tienen cuatro ejes que atienden a las necesidades de los niños:
alimentarse para conservar y desarrollar la vida
protegerse contra la intemperie
defenderse contra el peligro
actuar y trabajar solidariamente, recrearse y mejorar
Los chicos, desde muy pequeños, relacionan estos centros con otros intereses: los animales, las plantas, la naturaleza, las sociedades, las civilizaciones, las culturas.
Cada Centro de Interés entonces se desarrolla en tres etapas:
La Observación. A través de la observación directa se descubren las cualidades sensoriales de los objetos: se palpa, se pesa, se huele. Es el inicio del método científico.
La Asociación. En este proceso se relacionan los conocimientos previos de los alumnos con los adquiridos en la observación, potenciando la ordenación, comparación, seriación, tipificación, abstracción, generalización.
La Expresión. Es la culminación del proceso y en ella pueden destacarse: a) la expresión concreta, materialización de sus observaciones y creaciones personales, que se traduce en dibujo libre, trabajos manuales, entre otros; y b) la expresión abstracta, que materializa el pensamiento a través de símbolos y códigos convencionales, plasmándose en texto libre, lenguaje matemático, musical, etc.
Los alentadores resultados conseguidos con sus métodos pedagógicos lo llevaron a ampliar su labor docente a niños de inteligencia normal, para lo cual abrió en 1907 en Ixelles, su famosa L'Ecole de L'Ermitage “École pour la vie par la vie” (Escuela para la vida mediante la vida).
Su método está basado en la “globalización”, pues la atención del niño se fija en el conjunto de las cosas antes que en las cosas parcialmente consideradas. También estima preferentes en la enseñanza aquellas artes o ciencias que mantienen en el niño una comunicación inmediata con el tiempo y el espacio. Se opone a la disciplina rígida que somete al niño a una actitud pasiva y a la forma clásica de organización escolar que no permite desenvolverse con libertad y espontaneidad. Y a la imposición de conocimientos previamente fijados sin tener en cuenta los intereses de los estudiantes.
Propone organizar el ambiente escolar de modo tal que el niño encuentre allí las motivaciones adecuadas a sus curiosidades naturales, sin coacción pero con condicionamientos, de acuerdo con cada niño en particular (edad, sexo, estado de salud, estado psicológico, etc.) y sugiere actividades que se adapten a cada individualidad.
La idea central de la pedagogía de Decroly gira en torno a la satisfacción de las necesidades básicas infantiles, denominadas Centros de Interés, alrededor de los cuales se debe organizar el currículum escolar.
Los Centros de Interés tienen cuatro ejes que atienden a las necesidades de los niños:
alimentarse para conservar y desarrollar la vida
protegerse contra la intemperie
defenderse contra el peligro
actuar y trabajar solidariamente, recrearse y mejorar
Los chicos, desde muy pequeños, relacionan estos centros con otros intereses: los animales, las plantas, la naturaleza, las sociedades, las civilizaciones, las culturas.
Cada Centro de Interés entonces se desarrolla en tres etapas:
La Observación. A través de la observación directa se descubren las cualidades sensoriales de los objetos: se palpa, se pesa, se huele. Es el inicio del método científico.
La Asociación. En este proceso se relacionan los conocimientos previos de los alumnos con los adquiridos en la observación, potenciando la ordenación, comparación, seriación, tipificación, abstracción, generalización.
La Expresión. Es la culminación del proceso y en ella pueden destacarse: a) la expresión concreta, materialización de sus observaciones y creaciones personales, que se traduce en dibujo libre, trabajos manuales, entre otros; y b) la expresión abstracta, que materializa el pensamiento a través de símbolos y códigos convencionales, plasmándose en texto libre, lenguaje matemático, musical, etc.
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